Sustentabilidad en las favelas
De abajo hacia arriba

Pobreza, contaminación y delincuencia: un proyecto en Río de Janeiro conecta distintas iniciativas que intentan volver más verdes y sociales las favelas.

De Antonie Habermas

"Todo es cuestión de crear redes"

"Un proyecto de aguas residuales en el norte, un programa de reforestación en la zona metropolitana de Río de Janerio, un museo sobre el medio ambiente en el oeste, una iniciativa de reciclaje en el centro", enumera Clara Ferraz los proyectos sustentables de Río de Janeiro. Hace un par de años, esos proyectos no sabían nada unos de otros. La Sustainable Favela Network intenta remediarlo. Ferraz lleva tres años trabajando para Catalytic Communities (CatComm), la organización central de la red. Estudió ciencias ambientales y por eso le interesa en particular el proyecto.

Llega un poco tarde a la videoentrevista, porque seguía trabajando. Primero tiene problemas con la conexión a internet, luego ya funciona. Desde antes de la pandemia ya hacía la mayoría de su trabajo de forma digital. Coordina la planeación de conferencias y reuniones y la comunicación con las sedes de los eventos: "Todo es cuestión de hacer redes".

La Sustainable Favela Network nació en 2017. Como primer gran proyecto desarrollaron un mapa interactivo de Río en el que se indican las organizaciones ambientales locales. A partir de ahí construyeron distintos formatos de intercambio entre los proyectos. Ferraz recuerda un taller de una iniciativa contra el desperdicio de alimientos que se propone no producir basura al cocinar. "La gente llega de los rincones más dispares". Tan solo este año participaron 1,200 personas en la reunión en línea de la red. Generalmente intercambian ideas en grupos de trabajo sobre distintos temas, como por ejemplo uso de aguas, energía solar o educación sustentable.

Unir las favelas

"Nunca habíamos tenido tantas cosas que hacer como el año pasado", cuenta la Dra. Theresa Williamson. Es la fundadora y gerente general de la ONG brasileña Catalytic Communities, en Río de Janeiro. De momento está en Estados Unidos, pero como ahora todo el mundo solo ve pantallas, es lo de menos. Habla rápido y claro: "Nuestro trabajo consiste en encontrar a las personas en las favelas que hacen un trabajo importante y ver cómo podemos ayudarles. Muy sencillo". La red existe desde 2000, y asumió como meta unir y apoyar las iniciativas y proyectos de las favelas de Río.

CatComm considera estar en un intercambio dialéctico con la gente de las favelas. "Es un proceso conjunto en el que nos fortalecemos mutuamente. Tenemos una meta en común: el desarrollo de los barrios y su integración completa en la ciudad", dice Williamson. Por eso les importa que las favelas conserven su autonomía y sus dinámicas creativas.

El 23% de l*s habitantes de Río viven en Favelas: asentamientos informales que, a falta de una buena traducción, se tildan de arrabales o barrios bajos. "Favela" en realidad es el nombre de una robusta enredadera muy extendida en Río; en su honor nombraron al primer asentamiento. Las primeras favelas surgieron como comunidades de afrobrasileñ*s a finales del siglo xix, tras la abolición de la esclavitud en Brasil.

Una planta de biogás para todo el barrio

Ferraz le tiene un cariño especial a uno de los proyectos a los que apoya la Sustainable Favela Network. Vale Encantado (Valle Encantado), una de las favelas más pequeñas, está rodeado de selva al borde del parque nacional que hay en el centro de Río. "Hay muchas voces que afirman que l*s habitantes dañan la biodiversidad de la selva", aclara Ferraz, "aunque los barrios residenciales de lujo colindantes representen un problema mucho más grande". El gobierno de la ciudad intentó expulsar a l*s habitantes de Vale Encantado. Para demostrar que, a diferencia de lo que dicen las acusaciones, representan un factor importante para la conservación de la naturaleza, l*s residentes iniciaron proyectos sustentables. Dos plantas de biogás garantizarán la autonomía energética del barrio. Una de ellas se llena con restos de comida de uno de los muchos colectivos de cocina fundados por varias familias. Desarrollan nuevas recetas con la yaca, una fruta silvestre muy extendida por Vale Encantado. La planta de biogás genera electricidad a partir de basura para encender la estufa en la que se cocina todo. La otra planta está conectada a canales de aguas residuales; no tardará en tratar las de todo el barrio.

Ferraz desea que en un futuro sus demandas concretas se traduzcan en más obras sustentables en la ciudad. El año entrante quieren volverse más visibles en el espacio público e incluir al gobierno: "Para que hagan bien su trabajo aquí. Deben promoverse los proyectos sustentables en las favelas, y no de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba, igual que en nuestra red".

Máquinas de ideas creativas

Hay proyectos similares en todo el mundo que unen comunidades y promueven su autonomía. "Nuestro modelo no se deja traducir palabra por palabra, porque cada sociedad está construida diferente, pero la idea de formar vínculos y construir la confianza entre iniciativas puede aplicarse en todos lados", dice Ferraz. También Williamson cree que hay una gran oportunidad en el apoyo a asentamientos informales: "Cuando ya están consolidados, tenemos que apoyarlos, no expulsarlos". Catalytic Communities no cree que las favelas sean un problema, sino una máquina de ideas creativas a la que siempre se le ocurren soluciones y proyectos innovadores y sustentables.