Nueva agricultura
Utopía: ¿Agroforestería?
Erosión, inundaciones, sequías: los fenómenos climáticos cada vez más graves dificultan la agricultura convencional. ¿Cómo podemos producir alimentos ecológicamente? En Países Bajos se está probando una posible solución.
De Annabella Stieren
En una tarde sofocante de julio, Christine Ornetsmüller desyerba un campo. A su alrededor crecen plantas perennes y papas, en algunos sitios se asoman amapolas rojas entre la fronda. Esa escena bucólica en realidad sucede dentro de la ciudad holandesa de Almere. Ornetsmüller es una de los 18 voluntarios que acudieron este viernes para ayudar a crear la "Agroforestry Experience" de la Fundación Weerwoud, planeada para la feria de jardinería Floriade de abril de 2022.
"Me di cuenta de que en la ciudad es muy difícil hacer algo contra el cambio climático", dice la austriaca de nacimiento. Hoy en día vive en Ámsterdam, a 30 km de distancia, y desde hace dos años acude todos los viernes a apoyar al equipo de la Fundación Weerwoud.
La particularidad de la agroforestería
En la primavera de 2019, Xavier San Giorgi —un arquitecto especializado y experto en agroforestería— y su Fundación Weerwoud empezaron a desarrollar una isla en el centro de Almere. Su objetivo es demostrar cómo los emprendedores y agricultores del futuro podrían restaurar el ecosistema gracias a la agroforestería. Por eso, la isla se llama Utopía."Utopía es un lugar en el que muestro una vía para restaurar ecosistemas y a la vez cultivar alimentos para nuestras necesidades cotidianas", explica San Giorgi.
Pero ¿qué es la agroforestería?, y ¿por qué deben restaurarse los ecosistemas de Países Bajos?
"Sin embargo, la manera en la que hacemos agricultura actualmente altera por completo los procesos naturales de los ecosistemas. Como hay menos árboles, por ejemplo, cuando llueve mucho hay una erosión importante", explica San Giorgi.
En un sistema agroforestal, por el contrario, se integran los árboles en los cultivos. Entonces, entre las filas de árboles crecen cosas como papas, cebollas o pastos para forraje. Los árboles mismos no solo dan frutas, sino que les brindan protección y sombra a los cultivos durante los periodos de climas extremos como las sequías.
Hasta ahora han plantado ocho franjas de cultivo, rodeadas de distintos tipos de árboles y arbustos. Ya se registran los primeros triunfos en el cultivo de papas, por ejemplo. A pesar de un verano húmedo, las papas no fueron atacadas por el temido patógeno Phytophthora, que genera el tizón tardío. San Giorgi reconoce un indicio de que la diversidad biológica que surge a partir de la combinación de distintos sistemas ecológicos podría ser más resistente contra los parásitos.
Las lluvias cada vez más fuertes que preocupan a muchos agricultores neerlandeses parecen no afectar mucho al sistema agroforestal de la isla Utopía. "Tenemos muchas filas de plantas y árboles perennes que prácticamente forman un colchón para mantener el agua e impedir la erosión", dice San Giorgi.
¿Es escalable?
Si bien la agroforestería ofrece muchas ventajas y, según los estudios, incluso podría rendir una mayor producción por área que los monocultivos, la Fundación Weerwoud y otras organizaciones en Países Bajos siguen siendo pioneras en ese ámbito.Sin embargo, el Ministerio Neerlandés de Agricultura, Naturaleza y Calidad de Alimentos tiene grandes metas.
Según el "Agroforestry Masterplan" (Plan Maestro de Agroforestería) nacional, para 2030 se habrán desarrollado por lo menos 25 mil hectáreas agroforestales en el país. Sin embargo, aún falta un largo trecho. A los agricultores les cuesta trabajo cambiar por completo su sistema. Por eso, San Giorgi y su equipo organizan talleres para los interesados.
"Es cosa de generaciones. Cuando plantas árboles, no puedes lograr triunfos (financieros) tan rápido como con la agricultura anual", explica San Giorgi. Por eso cree que la meta del gobierno es ambiciosa, sobre todo porque sigue habiendo muchos obstáculos burocráticos para los agricultores.
"Aquí en Países Bajos estamos acostumbrados a que nuestra agricultura tenga una alta eficiencia económica. Es difícil competir con eso", continúa Giorgi. "Otros países con una agricultura menos productiva seguramente tendrán éxito más rápido. Hay mucho potencial".
Una cuestión cultural
Entonces ¿tenemos que renunciar temporalmente al éxito económico para restaurar nuestros ecosistemas?San Giorgi lo ve sobre todo como una cuestión cultural: "Desde el punto de vista técnico, ya tenemos todo lo necesario para restaurar los ecosistemas. Pero también nos tenemos que replantear la relación entre la humanidad y la naturaleza".
Al final de una larga jornada, cuando San Giorgi mira a su alrededor y descubre voluntarios aún ahí, desyerbando entre los arbustos, sabe por qué sigue tan entusiasmado con el proyecto: "La mayoría de las personas piensan que solo podemos saciar nuestras necesidades al quitarle algo a la naturaleza, pero si nos comprendemos como parte de ella, automáticamente nos convertimos en una fuerza regeneradora".
¿Cómo logramos que nuestro sustento vuelva a ser sustentable?
La comida es una de las cosas más fundamentales para la vida. Sin embargo, nuestro sistema global de alimentación se ha convertido en un problema inmenso. La agricultura y la producción de alimentos están tan industrializadas que ya estamos superando varios límites de resistencia de nuestro planeta a causa de, por ejemplo, la deforestación, el uso del agua, los monocultivos o la contaminación por nitrógeno. La agricultura por sí sola genera alrededor de una cuarta parte de las emisiones globales de gases invernadero. El principal motor es el aumento en el consumo de carne. La mayoría de los animales solo viven para ser sacrificados. Y a diferencia del sector energético, donde hay una alternativa rentable gracias a las energías renovables, la agricultura ecológica sigue siendo un fenómeno de nicho. Sin embargo, hay numerosas ideas y proyectos que intentan diseñar un sistema de alimentación más natural. En nuestros reportajes sobre el tema, nuestros autores examinan más de cerca tres de esas propuestas.