Feminismo digital
De la Lex Otto a #aufschrei
¿Quiénes acuñaron frases tan citadas como “¡Mi vientre es mío!” o fundaron los primeros periódicos feministas? El Archivo Digital Alemán de la Mujer permite por primera vez consultar por Internet información sobre la historia del movimiento feminista alemán.
“Los derechos humanos no tienen sexo.” ¿Quién dijo esta frase tan simple como contundente? ¿Fue Alice Schwarzer, quizá la alemana más célebre que luchó por los derechos de la mujer, o se trata de alguna de las feministas recientes, por ejemplo Margarete Stokowski? No; fue Hedwig Dohm, pionera del movimiento feminista, la cual, a principios del siglo XX, en concreto en la década de 1910, luchaba por el derecho de las mujeres al sufragio universal. ¿Quién en fecha tan temprana como recién comenzado 1923, antes del Putsch de Múnich en noviembre, se dio cuenta de la peligrosidad de Hitler y exigió que fuese expulsado de Alemania? Fue Anita Augspurg, feminista pacifista y lesbiana declarada. ¿Cuál fue en Alemania la primera publicación periódica feminista para mujeres, quizá Emma o Courage? Ninguna de las dos respuestas: ambas revistas, que surgieron casi a la vez en 1977 y 1976, eran solo variantes algo más voluminosas de una publicación colectiva aparecida por primera vez en octubre de 1973, Frauenzeitung – Frauen gemeinsam sind stark (“Revista femenina. Las mujeres juntas son fuertes”). Y, sin embargo, en cuanto a carácter pionero también la superaría de largo la Frauen-Zeitung, que editó Louise Otto-Peters, cofundadora del movimiento femenino alemán. Otto-Peters sacó a la luz la publicación nada menos que en 1849, aunque muy pronto se vería obligada a cerrarla: la Lex Otto, una ley de Sajonia creada especialmente para la ocasión, prohibía a las mujeres a partir de 1850 editar y escribir publicaciones periódicas.
Hacer visibles continuidades
Todos estos datos pueden obtenerse con unos pocos clics en la página web del Archivo Digital Alemán de la Mujer, disponible en Internet desde septiembre de 2018, cuyo objetivo es digitalizar, reunir y visibilizar datos y hechos sobre el movimiento feminista alemán. En efecto, y tal como se ve en los ejemplos citados para introducir el tema, los materiales relacionados con uno de los movimientos sociales más importantes de los últimos 200 años, pese a acumularse en cantidad exorbitante, no hacen apenas acto de presencia en el conocimiento público. En colaboración con las 40 entidades que componen la Federación de Archivos, Bibliotecas y Centros Documentales de las Mujeres y Lesbianas Germanohablantes, la iniciativa abre de par en par sus puertas a cualquier persona interesada en la cuestión femenina y la historia de la emancipación de la mujer. Los materiales disponibles proceden de Alemania, Austria, Suiza, Luxemburgo e Italia (Tirol del Sur). La oferta, estructurada por bloques temáticos y mujeres protagonistas, invita a hojear y descubrir durante horas y horas los innumerables documentos originales escaneados –fotografías, recortes de prensa, carteles, octavillas y manuales íntegros–, lo cual permite hacerse también una idea visual de la época respectiva.
El enorme mérito del nuevo archivo digital radica también en hacer visibles continuidades. Con demasiada frecuencia, nuevas generaciones de mujeres feministas sufren la pesada carga de tener que volver a inventar la rueda toda vez que las historias femeninas han sido y siguen siendo un tema secundario y, con ello, casi invisible. Sin embargo, las numerosas contribuciones que van publicándose en la página web y el blog que la acompaña muestran cómo multitud de luchas y enemistades son tan antiguas como el mismo movimiento. Así, los fragmentos de prensa de la década de 1920 prueban cómo, en aquella época en que, vista desde hoy, las mujeres parecían carecer de derechos, el feminismo estaba yendo ya demasiado lejos en opinión de muchos varones. Fue entonces cuando se fundó en Viena la Liga por los Derechos Masculinos, que deploraba la circunstancia de que en el matrimonio el varón había degenerado en uno mero objeto de explotación. Resulta llamativo el paralelismo con los masculinistas que hoy luchan, entre otras cosas, contra la discriminación que sufren los varones separados. Y también las periodistas seguidoras del feminismo se veían en una situación similar a la de hoy: trátese de la escritora Louise Otto-Peters, de las responsables de revistas de la década de 1970 como Frauenzeitung o Courage, o de las actuales escritoras feministas que publican en la red o en medios impresos, todas tuvieron y siguen teniendo que enfrentarse a actitudes hostiles llegadas desde fuera y a una precariedad salarial que las obliga a simultanear múltiples tareas. Son paralelismos que muestra el Archivo Digital Alemán de la Mujer. Pero cuanto más conozcamos de nuestras predecesoras, tanto más podremos aprender de ellas. Hasta que lo consigamos, dejemos que la curiosidad nos siga llevando de un enlace a otro, mientras esperamos con ilusión que llegue aún más material gráfico. Sería estupendo, por ejemplo, contar con carteles originales para manifestaciones sufragistas, unas imágenes que hoy seguirían siendo muy inspiradoras, como también se agradecería aún más pluralidad en relación a identidades sexuales, étnicas, religiosas y de género.