Parlamentos por venir
El programa público de Documenta 14 tiene como plataforma central El Parlamento de los Cuerpos, curada y presentada por el filósofo y activista español Paul B. Preciado. A través de eventos semanales, por doce meses, El Parlamento de los Cuerpos busca ser un lugar de discusión y diálogo activo.
Este parlamento alternativo intenta operar como un lugar de experimentación, un espacio de libertad desde donde erosionar divisiones, fronteras y nociones normativas de género, sexo, raza y clase. Es un dispositivo crítico para pensar colectivamente posibles transformaciones radicales en la esfera pública. Emplazado en Parko Eleftherias, lugar que sirvió como centro de detención y tortura durante los años de dictadura (1967-74) en Grecia, éste es hoy re-significado mediante el ejercicio propuesto por Preciado.
El Parlamento de los Cuerpos se construye a partir del concepto de “métoikos”, que en Griego designa a “aquellos que pueden cambiar de hogar”. Dicha noción se torna esencial para el programa, ya que se constituye y alimenta principalmente de voces que han sido tradicionalmente marginadas por las narrativas dominantes: incluye y confronta discursos feministas, queer, anti-coloniales, indígenas e inmigrantes.
Tras la reciente inauguración de Documenta en Atenas, el Domingo 9 de Abril, El Parlamento dejó su lugar habitual por primera vez para zarpar en un barco desde el Puerto de Pireos y explorar así la costa ateniense. La jornada se llamó Boats of History. El motivo: entender y pensar desde un bote sobre las paradojas y contradicciones del capitalismo global contemporáneo. Recorrer las costas y el puerto nos invita a pensar los flujos económicos entre naciones, pero por sobre todo constituye una instancia clave para reflexionar en torno a la vulnerabilidad de los cuerpos que cruzan fronteras en búsqueda de una “mejor vida”.
El evento convocó a más de sesenta participantes que se embarcaron en una discusión de más de tres horas junto a Servanne Jollivet, Anna Papaeti, Pavlos Hatzopoulos, Nelli Kambouri y Giorgos Maniatis. Del grupo total de participantes, fue notoria la baja asistencia de Griegos. El diálogo se centró principalmente en las políticas migratorias, la función del Puerto de Pireos tras la crisis, el rol de la música en prácticas de tortura y en el papel que las islas han tenido históricamente como un lugar para lo(s) excluido(s). Si durante la Guerra Civil Griega las islas fueron utilizadas como centros de detención y centros psiquiátricos, hoy, paradójicamente, durante esta nueva crisis humanitaria, éstas albergan a los cuerpos excluidos, aquellos refugiados que han sido denegados de existencia en la sociedad.
La calidad de la mayoría de las presentaciones y la profundidad del debate hicieron que el evento llegara a buen puerto. Sabemos que hablar de inmigración es sumamente complejo, y también que las condiciones de la travesía para un migrante que intenta llegar a las costas Europeas son inmensamente riesgosas y precarias. Cuando nosotros ingresamos al barco de Documenta (limpio, espacioso y cómodo) nos esperaba un generoso desayuno. Parecía imposible no dejarse afectar por la ambivalencia de aquel escenario, y no pensar en lo delicado del uso de las metáforas a la hora de acercarse a la realidad migratoria.