Titanes en al arco o la regla del “50+1”: hechos interesantes y curiosos sobre Alemania, país de fútbol.
De Thomas Winkler
¿El hombre del arco? ¡Un titán!
Probablemente ningún otro país haya producido tantos arqueros excelentes como Alemania: desde Toni Turek, que en la final del Mundial de 1954 sostuvo la victoria de la selección alemana contra Hungría, pasando por el campeón mundial Sepp Maier y por Oliver Kahn, apodado el Titán, hasta el actual campeón y capital de la selección, Manuel Neuer. En Alemania a los arqueros se los adora. Sin embargo, uno de los mayores arqueros alemanes de todos los tiempos, apenas si fue conocido en Alemania durante su actividad como futbolista. Bert Trautmann, oriundo de Bremen, cayó prisionero de los británicos en la Segunda Guerra Mundial, pero después de su liberación, no regresó a Alemania sino que se quedó en Inglaterra. Allí jugó más de quinientas veces para el Manchester City, en 1956 fue elegido futbolista del año de Inglaterra y se convirtió en una leyenda: aunque el mismo año se había quebrado el cuello en la final de la Football Association Challenge Cup, resistió hasta el final del partido y salvó el campeonato para su equipo.
Inglaterra es la madre patria del fútbol. Y allí la regla dice: "¡Siempre ganan los alemanes!" Por lo menos eso afirmó Gary Lineker. El antiguo jugador del seleccionado inglés y actual comentarista de televisión hizo el siguiente resumen después de que su equipo perdiera en la semifinal del mundial de 1990 contra el adversario alemán: "El fútbol es un juego simple. Veintidós hombres corren noventa minutos detrás de una pelota y al final siempre ganan los alemanes". En esa época los alemanes jugaban un fútbol pocas veces bello pero casi siempre eficaz. Esta apreciación, mundialmente aceptada, sólo se relativizó en los últimos años, en los que la selección de la Federación Alemana de Fútbol ha mostrado de modo consolidado un espectacular juego ofensivo.
Sea en Inglaterra, España o Italia, desde hace tiempo muchos clubes de las grandes ligas pertenecen a consorcios internacionales, oligarcas rusos o jeques árabes. En Alemania no es así, pues debe cumplirse con la regla del "50+1": la asociación del club debe tener por lo menos el cincuenta por ciento de las acciones de la sección profesional. De este modo los inversores no pueden obtener el control total. Ahora bien, muchos clubes alemanes temen quedarse económicamente relegados respecto a la competencia internacional. Otros equipos, como Bayer Leverkusen o RB Leipzig, han recurrido a exenciones o a estructuras institucionales hábilmente construidas y ya evaden la regla, que es única en el mundo. Sólo en Austria hay una norma parecida.
En realidad, más exitosas que los futbolistas alemanes son las jugadoras alemanas. La selección ya ganó dos veces el título mundial, aunque hasta ahora hubo sólo siete torneos. Las mujeres ganaron ocho veces el título europeo. Además, en 2016 se llevaron en Río de Janeiro el oro olímpico, algo que todavía no lograron los hombres. A propósito, el único triunfo alemán masculino olímpico fue el mayor éxito futbolístico de Alemania Oriental: el equipo de la RDA, liderado por el legendario Hans-Jürgen "Dixie" Dörner, de Dresden, ganó en 1976 en Montreal la final olímpica contra Polonia.
Hay un gol que jamás se olvidará en Alemania: el punto de la victoria en el único duelo de Alemania contra Alemania. Para el campeonato mundial de 1974 en la República Federal de Alemania (RFA) también se había clasificado la República Democrática Alemana (RDA). Y justo esos dos equipos salieron sorteados en el mismo grupo de la ronda inicial. El 22 de junio se encontraron la RFA y la RDA en el Volksparkstadion de Hamburgo, por primera y última vez. Jürgen Sparwasser, entonces de veintiséis años, convirtió en el minuto 77 el único gol del partido. La RDA ganó 1 a 0. Para el equipo de la RFA fue un shock bienhechor: dos semanas después, el equipo liderado por Franz Beckenbauer se consagró campeón mundial, a pesar de la derrota contra la RDA. Y la camiseta de Sparwasser, con el número 4, sigue exhibida en la Haus der Geschichte de Bonn.
La Bundesliga se estableció en 1963, tan tarde como ninguna otra asociación de los países donde el fútbol es tradición. Pero es tan joven como popular. En la temporada pasada, cada partido de la división mayor de Alemania fue visto en promedio por 44657 personas. Con esto la Bundesliga tiene el mayor promedio de espectadores del mundo. El equipo que más espectadores tiene es desde hace años el Borussia Dortmund, con un promedio de 79496 hinchas por partido. También en comparación con otros deportes la Bundesliga está adelante. Sólo la National Football League (NFL), la variante estadounidense con el pelota ovalada, atrae más espectadores al estadio.
