Entrevista con Sascha Lobe
“El diseño gráfico experimenta una nueva libertad”
El diseñador gráfico Sascha Lobe asesora en todo el mundo a famosas marcas e instituciones culturales, por ejemplo Adidas o la Bauhaus. En esta entrevista nos cuenta cómo se ha transformado el diseño comunicacional y qué proyectos le parecen particularmente interesantes.
Usted trabaja de diseñador gráfico desde hace más de veinte años. Con su agencia de comunicación ha asesorado a grandes marcas como Daimler, Adidas y Hugo Boss y realizado proyectos para instituciones de arte y museos. Desde su perspectiva, ¿que transformaciones ha sufrido el diseño gráfico en los últimos años?
Hoy el diseño gráfico tiene muchas menos restricciones. Por un lado, los medios de producción se han transformado. Muchas cosas para las que antes se necesitaba una tecnología muy profesional o un especialista formado, por ejemplo, un tipógrafo, ahora las puede hacer el diseñador gráfico solo. Programas de fácil manejo le permiten editar videos, incorporar música, desarrollar sus textos. El diseño gráfico es tremendamente multifacético. Se ve mucho minimalismo, blanco y negro, sobre todo en la tipografía. Por otro lado, se trabaja con imágenes imponentes, hoy se ven unos collages opulentos y llenos de color. Es un poco como en la moda: los grandes modelos y corrientes se han disuelto, predomina la expresión individual.
Usted ha realizado trabajos para clientes e instituciones internacionales muy diferentes. ¿Qué proyecto resultó el mayor desafío?
Especialmente interesante fue –y sigue siendo– nuestro trabajo con el Archivo Bauhaus de Berlín. Allí estamos desarrollando una nueva identidad visual, es decir, una nueva imagen. Un proyecto difícil del cual era muy fácil salir mal parado.
¿Por qué?
Porque la Bauhaus es un verdadero mito. Y pasa lo mismo que con los mitos: todos tienen su opinión y creen saber cómo hacerlo mejor. Lo tomamos como un gran desafío: ¿cómo reunir una imagen de la Bauhaus y transmitirla sin que se vuelva algo histórico? ¿Cómo transportar al año 2018 eso que representa la Bauhaus, incluidas las ideas de diseño de 1919?
¿Cómo inició el abordaje?
Analizando en detalle la tipografía y el diseño gráfico de la Bauhaus, deconstruyéndolos y volviéndolos a ensamblar. Un ejemplo: tomamos como punto de partida una fuente del diseñador gráfico Herbert Bayer y mediante ciertos ajustes le dimos una configuración más funcional. Entonces estudiamos los principios constructivos de otras fuentes desarrolladas por la Bauhaus. Las reelaboramos y las adecuamos, y así agregamos más de quinientos “glifos alternativos” a la fuente inicial. De este modo logramos desarrollar un lenguaje gráfico que puede reconocerse inequívocamente como Bauhaus, pero tiene una forma contemporánea.
Es interesante mirar en dirección a Asia: en los últimos años Corea del Sur ha estado muy activa. Hay fuertes referencias al llamado “estilo suizo”, que fue muy importante en los años cincuenta y sesenta. En esa época el aspecto y la racionalidad eran estrictos, estaban fuertemente basados en la retícula. Los coreanos toman este diseño como fundamento artesanal y como inspiración y lo cruzan con su optimismo asiático y una visión de “todo vale”. Así surge una interesante mixtura estilística que a su vez tiene influencia en el diseño europeo.
¿Se cristalizan nuevos estilos también en países europeos? ¿Por ejemplo, en Italia, donde este año usted fue orador invitado en el festival Torino Graphic Days?
No, no se pueden identificar tendencias locales. Incluso diría que ni siquiera hay un estilo europeo. Pues lo que se diseña en los Estados Unidos se parece a lo de Europa. En las últimas décadas las fronteras desaparecieron.
¿Hay algún proyecto que le gustaría realizar, digamos, un encargo ideal?
Me gustaría renovar el Premio Nobel, darle una apariencia homogéna, bien lograda y meditada. Ese podría ser un buen desafío. Pero no quiero andar soñando, de hecho estamos haciendo algo muy emocionante para la Biblioteca Nacional de Luxemburgo. Estamos concibiendo y diseñando el sistema de orientación y de carteles para el nuevo edificio, un encargo estupendo. Lo veo así: el proyecto más interesante siempre es el que viene.