Bauhaus en las universidades
Una herencia dispersa por el mundo
Los ideales de la escuela Bauhaus no sólo marcaron el diseño y la arquitectura en todo el mundo, también transformaron muchos fundamentos pedagógicos. En Weimar, la ciudad donde nació la escuela, hay una universidad que hasta hoy practica la enseñanza según las directrices de los fundadores de la Bauhaus. Pero otras instituciones que siguieron el espíritu de la Bauhaus debieron cerrar.
Mientras los estudiantes aprovechan el último sol de otoño para charlar en el parque de la Universidad Bauhaus de Weimar, Hagen Höllering llega a su lugar de trabajo. El arquitecto es investigador del Instituto de Métodos de Visualización. En esta institución de enseñanza superior hasta hoy se continúa enseñando según la buena tradición de la Bauhaus, la escuela de diseño que en los años veinte redefinió los fundamentos del arte y la arquitectura. “Hoy como ayer, lo que se persigue es una mirada del mundo lo más amplia y transdisciplinaria posible y la búsqueda de una reacción adecuada a lo visto en el arte, la arquitectura, el urbanismo y los medios”, dice Höllering, él mismo egresado de esa universidad. Lo que sobrevivió a los tiempos no son los temas concretos de a primera generación de la Bauhaus sino el espíritu de grupo. “En el primer plano está el abordaje de cada uno de los desafíos de la época”, explica el investigador.
Esto puede sonar a lugar común y fórmula imprecisa. Sin embargo, rápidamente surge un ejemplo de cómo se pone en práctica. Jens Richter habla entusiasmado de la colaboración de su empresa PolyCare con la Universidad Bauhaus. Los creadores de la firma, que tiene sede en Thüringen, desarrollaron su producto principal con especialistas de la universidad. Se trata de una casa que puede montarse fácilmente con ladrillos hechos de arena de desierto. Lo que a primera vista parece un ladrillo de Lego, representa una innovación, pues en realidad ese material es considerado inservible para la construcción.
“Con esto podemos ayudar a la rápida reconstrucción de zonas que pasaron por una emergencia o mejorar la situación de los barrios pobres”, explica Richter. En Namibia, el gobierno quiere construir veinticinco mil viviendas para pobres con este sistema. Inteligente en el plano técnico, estéticamente funcional, económica y conveniente desde un punto de vista social: esta casa habría entusiasmado a los fundadores de la Bauhaus.
Las cuatro directrices del aprendizaje
Gropius, nombrado director de la Bauhaus en abril de 1919, formuló con precisión los principios de la escuela. Predicó la limitación a formas y colores básicos, la sencillez en lo múltiple, el uso austero de espacio, material, tiempo y dinero. Hasta hoy estos fundamentos siguen siendo el ideal en el diseño de casi cualquier producto, desde el smartphone hasta los edificios de oficinas.En este sentido, el especialista Reiner Wick, de la Universidad Wuppertal, le atribuye a la Bauhaus un papel precursor. “Los fundadores de la Bauhaus produjeron un impulso decisivo”, dice el historiador y educador de arte, que ha trabajado a fondo los métodos pedagógicos de la Bauhaus. La formación estaba marcada por cuatro líneas directrices. “Empezar desde cero”, es decir abordar las tareas sin el lastre académico, es la primera máxima; “aprender haciendo” es la segunda; “prueba y error” la tercera. Así explica Wick la cuarta máxima: por último, los alumnos aprendían a desarrollar sus capacidades y habilidades en proyectos concretos. Se había eliminado la separación entre formación académica y artesanal. Lo esencial era que la Bauhaus partía de una concepción unitaria del hombre, en la que se tenían en cuenta por igual las capacidades cognitivas, afectivas y motoras.
A lo largo de las décadas una y otra vez hubo universidades que se remitieron a los principios de la Bauhaus. No todas sobrevivieron. Ya en 1953, Max Bill, ex alumno de la Bauhaus, fundó con otros diseñadores y artistas la Hochschule für Gestaltung (HfG) de Ulm, que atrajo a estudiantes de todo el mundo pero debió cerrar en 1968 por dificultades financieras. En 1970, entre otras, la Hochschule für Gestaltung de Offenbach am Main adoptó gran parte del proyecto pedagógico de la HfG Ulm.
La herencia en Norteamérica
Según Wick, el éxito rotundo de la Bauhaus se debe fundamentalmente a quienes enseñaron en los Estados Unidos: “Gropius supo reunir en torno suyo a los artistas más prominentes de la época”. Cuando muchos maestros y artistas de la Bauhaus fueron perseguidos por los nazis y huyeron al exilio, los principios pedagógicos de la Bauhaus comenzaron a difundirse por el mundo. La emigración llevó las enseñanzas a Suecia, América del Sur y, sobre todo, a los Estados Unidos. Gropius, que dejó la Bauhaus en 1928, emigró en 1934 primero a Gran Bretaña y luego a los Estados Unidos. Allí, entre otros encargos, fue responsable con otros arquitectos de la construcción del Pan Am Building, actualmente Metlife Building, en el barrio de Manhattan, Nueva York. El húngaro László Moholy-Nagy, uno de los más destacados fotógrafos y tipógrafos de la Bauhaus, abandonó Alemania el mismo año también hacia los Estados Unidos. En 1937, fundó la escuela de posgrado New Bauhaus que hoy sigue funcionando como Institute of Design, dentro del Illinois Institute of Technology.Pero fue sobre todo el colectivo de artistas del Black Mountain College el que recogió en Estados Unidos la herencia de la Bauhaus. En 1933, Josef Albers pasó de la Bauhaus a esa institución de North Carolina. Lo siguieron otros artistas, músicos y científicos. Los docentes del College podían determinar sus clases libremente; en el centro de la enseñanza no estaban los hechos sino los métodos. En los años cuarenta, la escuela se convirtió en una de las instituciones interdisciplinarias más importantes; se orientaba principalmente al arte pero también a la economía y la física. En el instituto enseñaron maestros de la Bauhaus como Gropius, músicos como John Cage o el matemático Max Dehn, y también Albert Einstein como profesor invitado. En 1957, sin embargo, la escuela cerró porque algunos de sus colaboradores porque, en medio de la Guerra Fría, algunos de sus colaboradores fueron sospechados de comunismo y los patrocinadores le retiraron su apoyo.
“La tradición Bauhaus enseña valentía y responsabilidad”
Entrevista con el Prof. Dr. Winfried Speitkamp, presidente de la Universidad Bauhaus de Weimar.
Sr. Speitkamp, ¿qué hace que su universidad sea diferente de otras?
Probablemente somos la única universidad en Alemania que recibe su nombre de una idea y un estilo. Nos lo tomamos muy en serio. No en el sentido de un mero cultivo de la tradición, sino en el sentido de una renovación de las preguntas relacionadas con ella: ¿cómo queremos combinar tecnología, ciencia y diseño hoy en día, cómo queremos crear un entorno habitable? ¿Existen nuevos desafíos, como la inteligencia artificial, que demandan nuevas respuestas?
¿Existen otras universidades, a nivel nacional e internacional, que aún estén comprometidas con la tradición Bauhaus o hayan sido fundadas en esta tradición?
Por supuesto, hay muchas escuelas de arte, incluidos nuestros socios de cooperación internacional, como la Escuela del Instituto de Arte de Chicago o el Instituto Pratt de Nueva York, relacionadas intensamente con la tradición Bauhaus, incluso si no solo están comprometidos con este patrimonio. Especialmente la variedad de apropiaciones e interpretaciones de la herencia de Bauhaus es de particular interés.
¿Qué hallazgos concretos de los fundadores de la Bauhaus se pueden encontrar hoy en la enseñanza general?
La enseñanza, el contenido y los métodos han evolucionado. Pero la idea de combinar tecnología, artesanía, ciencia y diseño sigue siendo fascinante y actual en la enseñanza. Sucede como con muchas de ideas del gran período de reforma alrededor de 1900, donde también se hayan las raíces de la Bauhaus: los enfoques del movimiento juvenil, la educación reformista, el movimiento de curación natural, el vegetarianismo, la ciudad jardín y muchas otras iniciativas de reforma continúan funcionando hoy en día, aunque muchos no sean conscientes de ello.
¿Qué papel puede jugar la tradición Bauhaus en el mundo cambiante de hoy, y dónde podrían ocurrir desarrollos innovadores y revolucionarios?
La tradición Bauhaus enseña valentía y responsabilidad para dar forma al presente. Esto es algo con lo uno puede conectarse en un mundo que cambia rápidamente. La Bauhaus no quería volver a un pasado idealizado, como El Movimiento de Seguridad Nacional o el “Historismus”, más bien quería pensar y hacer posible, en la modernidad, una modernidad diferente. Esta es exactamente la tarea de hoy: ¿Cómo podemos configurar las condiciones de cambio en la era moderna para asegurar un entorno habitable y la cohesión social? La Universidad Bauhaus puede ser pionera aquí como un lugar para ideas y soluciones no convencionales.