Exportación de series alemanas
La sombría alma de la televisión alemana
El otoño está ante nuestra puerta. ¿Tienen ganas de unas horas cautivadoras frente a la televisión y buscan una serie para lograrlo? La plataforma estadounidense de calificación de cine y televisión Rotten Tomatoes nos puede dar algunos consejos.
De Nadine Berghausen
La plataforma de calificación Rotten Tomatoes encumbra a Dark, la primera producción original alemana del servicio de streaming estadounidense Netflix, como una de las historias de ciencia ficción más potentes y extrañas del mundo del streaming. En 2019, la plataforma —que toma en cuenta reseñas de medios internacionales selectos— eligió su segunda temporada como la mejor serie de Netflix a nivel mundial. Un espaldarazo cuando pensamos que con esa clasificación Dark dejó atrás a pesos pesados como Stranger Things o Black Mirror.
Es de admirar que la serie de misterio creada por Janje Friese y Baran bo Odar se preocupara por mantener una experiencia visual y auditiva lo más auténtica posible, porque la audiencia estadounidense de pronto quería disfrutar de una serie en idioma original y con subtítulos, lo que rara vez sucede. Cuando les serieadictes estadounidenses se esfuerzan así, se puede hablar de que algo es tendencia. En los medios estadounidenses se acumularon artículos para explicar paso a paso cómo se modifica la configuración de idiomas, e incluso para indicar que es posible modificarla. El periódico Los Angeles Times constató lacónico que, antes de Dark, la audiencia estadounidense a lo mucho había oído un "Jawohl, Herr Oberleutnant" en idioma original.
¿Qué tiene esta serie, que logró que la audiencia pusiera tan de cabeza sus hábitos televisivos?
Angst alemán
El escenario de la historia es el pueblo ficticio de Winden, en el que las desgracias acechan en cada esquina. Todo está hundido en tonos grises, verdes y ocres, con música sugerente de fondo; la cámara recorre bosques sombríos y los lúgubres alrededores, incluyendo la central nuclear a las afueras. Cuando desaparecen dos niños, los secretos de las familias locales se hacen públicos y, con ellos, el infierno de los pueblos chicos alemanes. Cada vez queda más claro que la desaparición de los niños está relacionada con un caso similar de 1986. Dark trata el tema del amenazante peligro de la radiación en el año en el que en Chernóbil ocurrió el peor accidente en la historia de la energía atómica y lo mezcla con sucesos misteriosos y viajes en el tiempo. Antes de su desaparición, el pequeño Mikkel Nielsen le presenta un truco de magia a su padre.
"¿Cómo le hiciste?"le pregunta él.Mikkel murmura la inquietante respuesta:"La pregunta no es cómo, sino cuándo." Aunque a gran parte de la audiencia se rompiera el coco con las tramas intercaladas, eso no impidió el éxito de la serie. Por el contrario: Dark —contra toda tendencia— es más bien una serie antimaratónica, cuya trama deja a la audiencia frunciendo el ceño ante la pantalla. En Twitter corría el dicho: "Quien entienda Dark puede dividir entre cero".
Quizás una razón del sorprendente éxito de la serie sea que sus creadores aprovechen un lugar común de la narrativa alemana: seria, sombría, complicada. La guionista Jantje Friese expresó al respecto: "No sé si se trate de Angst alemán, pero les alemanes tenemos algo particularmente terrorífico, por lo menos vistes desde fuera [...]. Aprovechamos esa imagen". Aquí influye también el carácter de la lengua alemana: en alemán todo se oye igual de amenazador, dice la plataforma en línea Bustle.
Televisión alemana, público internacional
En Alemania, los suplementos culturales se tallan los ojos de sorpresa ante la resonancia que hubo en Estados Unidos. A fin de cuentas, son muy alemanes y autocríticos: el país no era conocido por su televisión innovadora ni de calidad sobresaliente. Además, les productores estadounidenses ya manejan bastante bien los temas sombríos con giros sobrenaturales, como se puede ver en Stranger Things, en Lost o en Twin Peaks. "¡Miren nada más, nosotres también podemos hacer buena tele!", se unen vacilantes algunos medios alemanes a las elegías; se habla de una "experiencia televisiva revolucionaria" y de "paradojas fascinantes".
El servicio de streaming Netflix amarró al dúo guionista-director de Jantje Friese y Baran bo Odar, que también son pareja en la vida real, con un contrato de exclusividad. Nico Hofmann, cineasta, gerente de UFA GmbH y productor de series alemanas de éxito internacional como Charité y Ku’damm 56, constató que con ello se desató una verdadera competencia por el talento alemán. Pero también opina: "No necesitamos que Netflix nos bese para despertar". Porque no solo al otro lado del Atlántico ocurren cosas en la industria del cine. A lo mucho, tras el éxito internacional de series históricas alemanas como Deutschland 83, Charité, Das Boot y Babylon Berlin, las empresas de producción televisiva alemana descubren también el mercado internacional. ¿Por qué sólo filmar para el público alemán si al mundo también le gusta la televisión alemana? Sin embargo, los servicios estadounidenses de streaming como Netflix calculan de otra manera: primero se concentran en servir al mercado nacional en auge. Una serie alemana hecha por guionistas y directores alemanes puede amarrar de forma duradera al público alemán a su servicio de paga. Si la serie también triunfa en Estados Unidos, es ganar-ganar.