Sebastião Salgado
Al servicio de la humanidad
Este año el fotógrafo brasilero Sebastião Salgado recibirá el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes. Sobre un artista, que hace del sufrimiento humano tema de sus fotografías y que se ha comprometido con la protección del medio ambiente.
De Eva Fritsch
Después de los premiados del año pasado, la pareja de investigadores Aleida y Jan Assman, Sebastião Salgado será el primer fotógrafo en recibir el galardón dotado de veinticinco mil euros. Sin embargo, la distinción no es sólo un reconocimiento al trabajo de Salgado como fotógrafo, a la estética de sus fotografías siempre atenidas al blanco y negro. Pues el brasilero también es activista medio ambiental; con su obra llama la atención sobre situaciones injustas pero también sobre la belleza de la naturaleza, tal como lo hace en su libro de imágenes Genesis, aparecido en 2013.
Salgado retrata sobre todo personas en zonas de conflicto, refugiados y fugitivos. Por eso el fotógrafo trabaja en proyectos humanitarios. Por ejemplo, para Médicos Sin Fronteras documentó la hambruna africana y en la granja de su familia, en Brasil, hizo plantar 2,5 millones de árboles para poder dar nueva vida al paisaje deforestado.
Artista y activista
Dada la fuerza de los actuales movimientos Klimastreik (Huelga por el clima) y Fridays for Future (Viernes para el futuro) resulta consecuente y lógico que se distinga con el premio a un artista como Salgado, “que con sus fotografías reclama igualdad y paz y muestra la urgencia de un debate mundial en torno a la naturaleza y la protección del medio ambiente”.
La justificación del jurado se basa sobre todo en el compromiso humano de Salgado, que se manifiesta en sus trabajos: “Su obra fotográfica, que ha sido exhibida en numerosas exposiciones y publicada en numerosos libros, se centra tanto en las personas desarraigadas por culpa de guerras o de catástrofes climáticas como en aquellas que están arraigadas tradicionalmente a su medio ambiente natural. De este modo Sebastião Salgado logra sensibilizar a personas de todo el mundo respecto al destino de trabajadores y migrantes y a las condiciones de vida de los pueblos indígenas.”
Huida de la dictadura militar
Salgado sabe muy bien lo que es una huida: en 1969, él mismo huyó con su esposa, la pianista Lélia Deluiz Wanick, de la dictadura militar brasilera. En París ambos encuentran un lugar donde seguir con sus vidas. Salgado, que había estudiado economía, escribe allí sus tesis de doctorado. A la fotografía llegará más tarde. Después trabaja en Londres para la Organización Internacional del Café (ICO), hace viajes de trabajo a África y toma fotografías. En 1973, a los veintinueve años, regresa a Paría y comienza una carrera profesional como fotógrafo. Entre sus empleadores se cuentan empresas importantes como Magnum Photos. Junto con su mujer, funda en 1994 la agencia Amazonas que publica exclusivamente obras de Salgado.
El discurso laudatorio lo pronunciará Wim Wenders, que en 2014 rodó con el hijo de Salgado, Juliano Ribeiro, un documental sobre el artista. La película, titulada La sal de la tierra, se ocupa de la obra y la vida del fotógrafo.
Considerando su activismo y sus trabajos, que siempre tienen un mensaje, que Salgado reciba este año el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes puede calificarse de gesto profundamente político: un llamado a proteger en su belleza a los hombres y la naturaleza.