Como fenómeno global, el techno no sólo ha dado forma a la historia de la música, sino que también ha marcado impulsos que han repercutido en la cultura contemporánea, la pop, el arte, el consumo mediático y las tecnologías. El techno es música, pero también es mucho más: repercutie en el diseño y la moda, la filosofía, la subcultura, en la relación de las personas con las máquinas, con lo virtual, en los proyectos político-emancipatorios y en las ruinas y fisuras de las normas hegemónicas. El techno, como sentido de la vida y del tiempo que trasciende fronteras, refleja estructuras sociales, económicas y espacios vitales en los que se encuentra a sí mismo, y puede también ser una herramienta política.
Empezando en Detroit, el techno se desarrolló rápidamente por todo el mundo desde los años 80s. Lo que todavía era un mundo comparativamente "manejable"cambió radicalmente con la digitalización y la política de 1989/90. En Alemania, tras la caída del muro de Berlín, el techno se percibió como un elemento unificador entre el Este y el Oeste. Particularmente en Berlín, que atrajo la atención en los años 90 con su Love Parade y los legendarios clubes techno, se convirtió en una de las metrópolis más importantes de este fenómeno.
El techno y la cultura de club han engendrado diferentes épocas, estilos y variantes, que continúan reinventando constantemente a sí mismas. TECHNO WORLDS hace referencia a diversas escenas, géneros y proyectos subculturales y políticos del techno en diferentes épocas y lugares del mundo y presenta una selección de estos fenómenos narrados y representados en obras de artistas visuales y músicos.