Bukarest
Dan Perjovschi, dibujante
De Dan Perjovschi
¿Qué podría simbolizar para usted su situación actual o la de su país?
Libertad para pensar. Prohibición de movimiento. Una especie de llamado a la desaceleración y la quietud. Nunca jamás nos detendremos por propia voluntad. Sólo nos detenemos cuando nos obligan. ¿Cuarentena global? ¡Quién lo hubiera pensado! ¿Fronteras cerradas dentro de Europa? ¿Ciudadanos europeos a quienes se les prohíbe el paso en su camino al país natal? ¡Caramba!Son la sospecha y la incertidumbre las que matan a la gente. En los países románicos la gente suele abrazarse y salir mucho, y ahora se los obliga a quedarse en casa. Rumania revela todas sus carencias en infraestructura y organización. No es una imagen agradable.
¿Cómo cree que la pandemia transformará el mundo? ¿Qué consecuencias ve en el largo plazo?
Las ONG se verán severamente afectadas. Los espacios artísticos independientes, los que llevan los mismos artistas, cerrarán. Muchos artistas estarán obligados a buscar un trabajo pero no habrá trabajo. Más allá de que uno trabaje o no, hay que pagar la renta (del taller o de los espacios de exhibición) y la gente sencillamente no tiene dinero ya que se han paralizado todas las actividades y los espónsores han decidido poner su dinero en el sistema sanitario.Pero todas las tragedias son oportunidades. Tal vez encontremos otras formas de producir arte y de exponer. Tal vez cambiará la relación con el público. No tengo idea cómo será. Tal vez viajaremos menos, gastaremos menos dinero, investigaremos más en educación, desarrollaremos proyectos de dimensiones menores, por ejemplo, las galerías pop up. Tal vez así encontremos nuevos aliados.
La escena artística rumana ya es de por sí débil, los artistas independientes y radicales viven continuamente al borde de la catástrofe. Y la situación actual será el golpe de gracia.
Pero quien de verdad quiere hacer arte, deberá hacerlo como sea, en las circunstancias que sean. Tal vez nos orientemos más a los conceptos y menos a los objetos. Tal vez nos camuflemos de otra cosa. Tal vez por fin abandonemos el “show” en las muestras. Tal vez la noche de las galerías se vuelva el día de las galerías.
¿Qué le da esperanza?
En mi ciudad natal la gente organizó en uno o dos días Va ajutam din Sibiu (Los ayudaremos desde Sibiu), un grupo que provee equipamiento para los hospitales, que ayuda en la entrega de alimentos a los ancianos, contacta a personas que viven solas, etc. Este fenómeno se extendió a más de diez ciudades. La industria creativa de un día para otro produjo equipamiento médico y lo repartió gratuitamente.Los individuos y las empresas donan dinero y el hospital local recibió un aparato de testeo muy costoso y trajes de protección para los médicos. Estoy impresionado y no puedo sentir más que admiración por esas personas. Son mi esperanza.