Publicado en: THEATER DER ZEIT SPEZIAL: CHILE (08/2023)
Hablar de la historia del teatro chileno y de nuestro festival implica inevitablemente hablar de los cincuenta años del golpe de Estado. Nuestra historia de tres décadas ha estado marcada fuertemente por la resistencia e insistencia de las y los artistas escénicos de denunciar las violaciones a los derechos humanos y de reflexionar y cuestionar hasta el día de hoy las implicancias sociales y económicas que ha dejado el sistema de vida impuesto en esos oscuros años.
Al contrario de lo que se creyó, la dictadura no gatilló un apagón cultural. Pese a la persecución y la censura, se siguió produciendo arte y teatro en pequeños e, incluso, en impensados espacios, como los campos de concentración.
Este año conmemoramos el golpe de Estado con el ciclo “50 años: Desde la memoria”, que incluye el regreso de Hechos consumados, escrita por Juan Radrigán en 1982, y de obras más recientes que han profundizado la reflexión y siguen vigentes como Villa de Guillermo Calderón, Space Invaders de Nona Fernández y La amante fascista de Alejandro Moreno.
A través de estos dramaturgos y puestas en escena reactivamos la memoria. Estas obras reabren la conversación sobre temas trascendentales como la desigualdad, la dignidad de las personas, la impunidad frente a la violación de los derechos humanos y la reaparición del fascismo. Acogemos, además, la aguda mirada externa a nuestra historia con el proyecto Shock del español Andrés Lima, quien expone los intereses que hay detrás del sistema económico global, o la AppRecuerdos, una aplicación de smartphone creada en conjunto por el colectivo alemán Rimini Protokoll y los chilenos de SonidoCiudad – apoyada por el Goethe-Institut y la Embajada de Alemania en Chile –, que permite descubrir relatos reales sobre experiencias vividas entre 1970 y 1989 en distintos puntos del centro de la capital.
A cincuenta años del golpe de Estado, y en medio de una nueva discusión para cambiar la Constitución originada en dictadura, reafirmamos nuestro compromiso. Somos un festival nacido en democracia que se financia con un modelo público y privado. Nuestra misión es abrir un espacio de reflexión para, desde la memoria y las artes escénicas, seguir aportando en la construcción de un futuro colectivo. De una sociedad que valore la democracia, que repudie la persecución política y la discriminación de cualquier tipo, y que defienda su derecho a la cultura.