Cambio climático
¿Compensar la emisión de CO2 y adiós problema?

Reforestación para compensar los viajes en avión: ¿Qué provecho traen los proyectos de compensación de CO2?
Reforestación para compensar los viajes en avión: ¿Qué provecho traen los proyectos de compensación de CO2? | Foto (detalle): © Adobe

Las propuestas de compensación de CO2 invitan a reparar las emisiones causadas por individuos –al viajar en avión, por ejemplo– mediante donaciones a proyectos climáticos. Pero ¿lo único que hacemos así no es tranquilizar nuestra mala consciencia?

Hoy todo el mundo habla del cambio climático: no sólo los gobiernos son exhortados a actuar por las protestas ambientales. Cuando se trata de proteger el clima, cada individuo debe aportar lo suyo. Pues nuestro modo de vida actual –por ejemplo, la digitalización y los viajes en avión– es una carga para el medio ambiente. Sin embargo, ¿debemos prescindir completamente de los viajes en avión?

Algunas empresas ofrecen una alternativa: la compensación de CO2. De este modo, quien quiera subir a un avión sin remordimientos ecológicos podrá generar al menos una reparación. El principio es sencillo: se calcula la emisión causada por el viaje aéreo y se dona una suma correspondiente a proyectos climáticos de reducción de CO2. Después, con la donación se plantan árboles y se construyen parques eólicos. La idea es que el daño ambiental causado por el viaje quede reparado.

Compensar el CO2 de los viajes

Si se miden las sumas reunidas en un año, el proveedor más grande de compensación de CO2 en Alemania es la organización no gubernamental (ONG) atmosfair. Personas particulares y empresas pueden calcular en la página web de la empresa cuánto CO2 es emitido por su futuro viaje o crucero y luego donar una suma equivalente. Por ejemplo, según atmosfair, un viaje en avión de Berlín a Nueva York causa más de 1,2 toneladas de CO2 por pasajero de clase económica, y en tal caso la ONG propone una compensación de 30 euros. Esta puede hacerse en la página web y consagrarse al proyecto ecológico que se desee.

Así, en 2017 casi seis millones de euros fueron a parar, entre otros, a proyectos de centrales hidráulicas de Honduras, a hornos eficientes de la India o a plantas potabilizadoras de agua de Egipto.

Según datos de atmosfair, en Alemania actualmente se compensa menos de un uno por ciento de todos los viajes en avión. Pero la compensación de CO2 se está convirtiendo en una tendencia y cada vez más empresas descubren el tema: el número de viajes compensados en atmosfair creció un cincuenta por ciento de 2017 a 2018. También otros proveedores informan una demanda creciente.

Reforestación a cambio de búsquedas en la web

También en el campo digital –específicamente, la búsqueda en Internet– hay proveedores de compensación. Pues no sólo los dispositivos electrónicos como teléfonos inteligentes, netbooks y tablets consumen energía y así dañan el clima, sino también los servidores, las redes y los routers que están detrás. Con su proyecto CO2GLE, desde 2015 la artista Joana Moll visibiliza la emisión de CO2 de las búsquedas de Google. Según sus cálculos, por cada formulario de búsqueda se liberan en la atmósfera aproximadamente diez gramos de CO2.

La empresa Ecosia de Berlín ha desarrollado un buscador con aspiraciones ecológicas. Las ganancias se usan para plantar árboles allí donde los creadores creen que se necesita con mayor urgencia, es decir, sobre todo en las zonas ecuatoriales, el hogar de las selvas tropicales. En seis años se plantaron casi sesenta millones de árboles. Según datos de la empresa, aproximadamente cada cuarenta y cinco búsquedas se agrega un nuevo árbol.

Por supuesto, un árbol recién plantado no absorbe de inmediato grandes cantidades de CO2, pero la cantidad aumenta a medida que crece. Si se mide a lo largo de ochenta años, un árbol absorbe unos 12, 5 kilos de CO2 por año, calcula Daniel Klein del Wald-Zentrum de la Universidad de Münster. Según el cálculo de Moll, cuarenta y cinco búsquedas generan menos de medio kilo de CO2, lo que hace de Ecosia un proyecto más que neutral, positivo respecto a la emisión de CO2.

La compensación crea consciencia

Con una participación en el mercado inferior al 1 por ciento (el Neue Züricher Zeitung dice 0,22 por ciento) Ecosia está lejos de reemplazar a Google como líder. Tampoco la compensación de los vuelos no es ni remotamente un fenómeno masivo. Los críticos dicen que la humanidad debería enfocarse en reducir sus emisiones en lugar de compensarlas.

Y en esto están de acuerdo también quienes ofrecen la compensación: “Compensar es la tercera opción, después de eliminar y reducir”, dice a la Deutsche Welle el director de atmosfair, Dietrich Brockhagen. De todos modos, los proyectos de compensación y reforestación crean más consciencia respecto a la huella ecológica del individuo. Y, por otro lado, los efectos concretos de la compensación no son desdeñables. Si el número de personas que hace búsquedas en Ecosia fuera igual al de quienes utilizan Google, los árboles nuevos podrían absorber el quince por ciento de los gases de efecto invernadero causados por el hombre… al menos esa es la cuenta que hace la empresa.

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