Maike Mia Höhne:
“El cine no se hace en solitario, sino con otros”
En el marco de SANFIC 13, la curadora de la sección Berlinale Shorts, Maike Mia Höhne, estuvo como jurado en Santiago y compartió sus impresiones acerca del festival y el estado actual del cine chileno.
¿Cumplió con sus expectativas la selección de las películas que vio en Santiago?
SANFIC es fantástico. Carlos Núñez es muy activo y admiro toda la energía que ha puesto en este proyecto. Las películas eran interesantes y la selección fue de muy alta calidad, tanto en el contenido como en lo formal. Y en las funciones de cortometrajes hubo mucho público—una señal de que a la gente le gusta ver películas en formato breve. Por lo mismo sería muy importante que el nuevo Ministerio de las Culturas pusiera un énfasis en apoyar al cortometraje en Chile. En Francia, en Alemania y en muchos otros países han surgido distintas fórmulas de para impulsar este segmento. Y mientras más input puedan tener las autoridades, tanto mejor.
Me gustaría proponer algo: poder pensar en formas de poder seguir viendo las hermosas películas que hubo en SANFIC, o cómo incluso poder llevarlas de gira. Son muchas películas que de otra forma no se llegan a ver en Chile, porque se encuentran fuera del mainstream. Valdría la pena reflexionar, en el marco de SANFIC y mirando otras experiencias del extranjero, cómo se puede apoyar más al cine. Hacer películas es una cosa, pero ver películas es otra cosa muy distinta.
Fuiste parte del jurado en la sección Talento Nacional. ¿Qué impresiones te dejó el contacto con este talento?
¡Que se necesita mucho más intercambio! Y que sería importante que entendieran que el cine no se hace en solitario, sino con otros. En Chile existe actualmente un auge del cine nacional y eso es muy bueno. Como diría un médico: ¡son pacientes muy sanos! Los jóvenes a menudo filman historias juveniles y coming of age. Pero también surgen otros temas, como el corto sobre los inmigrantes de Haití, que nos impresionó. Y también desde lo formal las películas resultaron muy interesantes. Pero también hay que preguntarse dónde poder seguir viendo este cine, dónde están las salas de cine arte más allá del festival. Y un desarrollo como ese puede tomar mucho tiempo.
¿Qué sería necesario, para que la nueva generación tenga éxito?
Es muy importante comprender que solo se puede realmente surgir agrupándose, y que la crítica de cine también es muy importante. Se trata de que no solo se escriba sobre cine chileno en Europa, sino también acá, de forma de dar a conocer estas películas y que surja mayor interés del público por verlas. Otro punto: hay cineastas mujeres muy buenas y muy interesantes, pero su voz debería ser más fuerte para que sea realmente percibida. Además sería fantástico si más películas pudieran hacerse con financiamiento local, para depender cada vez menos del financiamiento europeo. Eso debería venir desde el gobierno. Es un asunto de estado, porque no se puede depender solo de las empresas privadas que consideran innovador invertir en cine. A menudo se olvida todo lo que se requiere para que el cine efectivamente pueda consolidarse. Los cineastas jóvenes deberían fundar sus propias redes, para tener presencia en festivales o en cines, o también hacer arriendo de sus obras, o incluso fundar cine clubes especializados en cortometrajes, que podrían juntarse una vez al mes, por ejemplo, con el fin de ayudarse mutuamente y darse a conocer.
¿Qué es lo que hace particular al género de los cortometrajes?
El cortometraje siempre mantiene su actualidad y es una narración en sí misma. Cuando estuve en Santiago en la Escuela de Cine de Chile, me di cuenta que acá el cortometraje se enseña sobre la base del largometraje, ¡pero el cortometraje es un género diferente! Se nota que acá se ve menos cine de vanguardia, y esa es por lejos la mejor escuela. Hay visionar más y ver, ver, ver. Y también encontrar caminos propios. Un buen ejemplo de ello es The Square, la película que ganó este año el Festival de Cannes. El director Ruben Östlund antes era cortometrajista, y eso es lo que hace que continuamente sucedan cosas asombrosas en la narración. Incluso se puede considerar The Square como una secuencia de viñetas o cortos. Ver cosas nuevas una y otra vez es lo que más ayuda a aprender. La creación de un cine club para cortometrajes sería genial, porque ayudaría a cimentar más el auge del cine chileno, y promover y apoyar a la nueva generación de realizadores. En Hamburgo tenemos un club de cine en el Golem, un cine arte, o nos reunimos en hoteles bonitos. América Latina tiene una historia muy valiosa para cimentar este trabajo: en los años 50, Argentina tenía la industria del cine ¡más exitosa del mundo! Trabajar en conjunto es la mejor herramienta para derrotar los egos, porque entre todos se mantiene un equilibrio sano. Un ejemplo maravilloso es el Festival Villa do Conde en Portugal. Hace muchos años fue fundado por 3 ó 4 amigos. Establecieron una rotación, de modo que cada año es otro el que asume la dirección del festival, otro el que hace la programación, etc. Con eso han aprendido a respetarse y ayudarse mutuamente. Uno de los amigos ahora dirige el Festival de Porto, y ahora hay una colaboración entre ambos festivales. De la misma manera tenemos un trabajo colaborativo en la agencia de cortos de Hamburgo (KurzFilmAgentur Hamburg, que existe desde 1992) para apoyarnos mutuamente; ahí participo activamente.
Maike Mia Höhne (nacida en Hannover, 1971) es desde 2007 curadora de la sección de cortometrajes en el Festival Internacional de Cine de Berlín, Berlinale Shorts. Estudió en la Academia de Artes en Hamburgo, en la Escuela de Bellas Artes en Havanna como en la Escuela International de Cine y Televisión in San Antonio de los Baños, Cuba. Además es escritora, productora, actriz, fotógrafa y directora. Se ha desempeñado como profesora y moderadora de eventos cinematográficos, y además ha trabajado como editora en el canal de televisión franco-alemán ARTE. Sus trabajos son distribuidos por Arsenal –Instituto de Cine y Video Arte y por la Agencia de Cortometrajes de Hamburgo. En 2014, su primer largometraje 3/4, fue premiado en el Festival de Cine de Hamburgo y se estrenó 2016 en el cine alemán. Maike Mia Höhne vive en Hamburgo y Berlín.