Con certeza, la canción de Helene Fischer "Atemlos durch die Nacht" (“Sin aliento toda la noche”, 2013) es la canción en lengua alemana con mayor presencia durante la década de 2010. En cuanto a su recepción, tiene un efecto casi transversal.
Tonspuren - Huellas de Sonido
El periodista musical Mario Lasar, arroja, con ocho canciones de habla alemana de ocho décadas, algunas luces sobre fenómenos culturales y sociales importantes de la historia de la posguerra (alemana).
La mayoría de las canciones y artistas mencionadas en esta serie, se pueden escuchar(en el orden en que se mencionan) en una lista de reproducción de Spotify:
open.spotify.com/playlist/soundtracksBRD/
¿Qué pasa en la canción? Sobre un fondo de beats de discoteca comprimidos, se escenifica una embriagante epifanía nocturna, en cuyo transcurso la cercanía de dos amantes se convierte en expresión de la mayor euforia posible. Con este telón de fondo, es interesante que esta cercanía no se materialice visualmente en el video. No hay ninguna figura como destinataria de los sentimientos de felicidad formulados por Helene Fischer. Este espacio en blanco está enmarcado por escenas de baile coreografiadas que parecen reflejar la unión más que la complicidad.
En lugar de perderse entre la multitud, Helene Fischer permanece siempre en el centro de la composición: los bailarines se mueven a su alrededor como satélites. Este egocentrismo (que tiende a tener rasgos narcisistas) puede leerse como un efecto directo del boom de las selfies y las redes sociales que comenzó en la década de 2010. Bailar aquí tiene poco que ver con una pérdida de control extática, y la música se caracteriza por un habitus de distancia e hipotermia que revela el carácter performativo de la euforia que se reivindica en el texto.
El hecho de que la propia letra se refiera a su enunciado como “gran cine” (großes Kino) confirma la artificialidad que define fundamentalmente la pieza. El problema aquí es que, a pesar de la referencia al “gran cine”, la canción pretende estar saturada de vida y autenticidad en lugar de exhibir su medialidad. Es cuestionable que los grandes sentimientos puedan representarse de otro modo que no sea en forma de medios de comunicación (como el cine): si es cierto que en el momento de la muerte la vida transcurre como una película ante los ojos de la mente, no parece haber ningún acceso inmediato a algo como el “alma”. En su lugar, vemos una película, una ficción que no representa la vida, sino que es “más grande que la vida”. Y aunque Atemlos es un auténtico éxito de taquilla en este sentido, tal vez le apetezca cambiar de canal o de cine.
Tonspuren - Huellas de Sonido
- 1950: ¡No hay que exagerar con la libertad! (Fred Bertelmann – „Der lachende Vagabund“)
- 1960: Retrato poético de la sociedad de clases (Franz Josef Degenhardt – „Spiel nicht mit den Schmuddelkindern“)
- 1970: Una rara alianza de política verde y pop (Udo Jürgens – „Tausend Jahre sind ein Tag“)
- 1980: Concreto y luz neón (Joachim Witt – „Der Goldene Reiter“)
- 1990: Sobre nuevas posibilidades (Blumfeld – „Tausend Tränen Tief“)
- 2000: Cuando las mercancías valen más que las personas (Die Goldenen Zitronen – „Wenn ich ein Turnschuh wär“)
- 2010: ¿Gran cine? (Helene Fischer – „Atemlos durch die Nacht“)
- 2020: Una nueva estructura de poder de los roles de género (Christin Nichols – „Bodycount“)
mayo 2024