Tonspuren 1970: Udo Jürgens – “Tausend Jahre sind ein Tag”   Una rara alianza de política verde y pop

Tonspuren 1970er Illustration: © Hanka Sedláček

Quien haya crecido en Alemania Occidental en los ochenta seguramente conocerá tanto la serie "Es war einmal… der Mensch" como la canción "Tausend Jahre sind ein Tag (“Mil años son un día”). La canción de Udo Jürgens también tiene vida propia como parte del álbum "Udo ʼ80", publicado en 1979 a pesar de su título.

Tonspuren - Pistas sonoras

El periodista musical Mario Lasar, con ocho canciones de habla alemana de ocho décadas diferentes, arroja algunas luces sobre fenómenos culturales y sociales importantes de la historia de la posguerra en Alemania. 

La mayoría de las canciones y artistas mencionadas en esta serie se pueden escuchar -en el orden en que se mencionan- en una lista de reproducción de Spotify:

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Si se quiere elegir una canción del repertorio del austriaco Udo Jürgens, Griechischer Wein, de 1974, sería, por supuesto, una elección obvia y hay mucho que decir al respecto, sobre todo en relación con el trabajo de mediación internacional que realiza la letra: tematiza la nostalgia de los trabajadores griegos en la antigua República Federal de Alemania. Pero la música, sobre todo el estribillo, es, lo siento, la peor cursilería del folclore pop.

Con el álbum "Udo ʼ80", producido en colaboración con la Orquesta Filarmónica de Berlín, Udo Jürgens tenía el objetivo de ser reconocido como un músico “serio”. Aunque sus obras siempre muestran cualidades que se acercan a la chanson, el álbum parece enfocarse en estas tendencias una vez más. En la portada, Jürgens luce como un vividor un poco agobiado, en cuyo rostro se distinguen las primeras arrugas. El traje blanco que lleva puesto se complementa con zapatos deportivos: clásico y juvenil, madurez e inocencia, serenidad y sed de conocimiento son pares de opuestos que también definen la canción Tausend Jahre sind ein Tag.

En cuanto a la composición, la obra se enrosca hasta alturas dramáticas en una estructura de aplazamiento, dinámica interminable. El ritmo four-to-the-floor, característico de la música disco, impulsa la canción, siempre flanqueada por un motivo clásico de órgano, impresionante y repetitivo. Un coro de “nanana” se superpone a la pieza, invitando a quien escucha a cantar. La música desarrolla una cualidad contemplativa y psicodélica en sincronía con el momento en que la letra plantea la pregunta “¿Qué es el tiempo?”.

El texto está concebido como un diálogo en el que se pone de manifiesto un conflicto generacional en relación con cuestiones sociopolíticas de finales de los años setenta. Las líneas “Warum kommt jemand in Verdacht / nur weil er sich Gedanken macht?” [“¿Por qué se sospecha de alguien / sólo porque piensa?”] pueden entenderse como una referencia a la tendencia a “husmear en busca de opiniones” a raíz de la llamada Radikalenerlass, un decreto gubernamental de 1972, en virtud del cual se examinaba la lealtad a la Constitución de los aspirantes a la función pública. La tesis “Wer alles hat / kriegt noch Rabatt” [“Quien lo tiene todo / aún tiene descuento”] parece casi una declaración de izquierdas contra la omnipotencia capitalista y no tiene rival en esta claridad dentro de la obra de Udo Jürgens. Por el contrario, la voz “adulta”, supuestamente razonable, formula: “Ihr junges Volk, was soll den das? / und leistet ihr doch erstmal was!” [“¡Ustedes, jóvenes, qué más da / y hagan algo antes!”]. Esta estructura cuasi dialéctica termina con el cantante poniéndose del lado de la juventud: “Ich bitt’ euch fragt solang’ ihr seid / den ohr seid die Zeit” [“Les pido que pidan mientras estén / porque son el tiempo”].

Aun cuando la pieza no siempre aparece en el canon de las canciones más conocidas de Jürgens, pertenece a las obras centrales del cantante. Sin parecer congraciado, Jürgens se vuelve portavoz de una juventud que, de otro modo, sólo se encuentra con una arrogancia condescendiente. Aquí, una estrella consagrada de la escena pop de Alemania Occidental, un medio considerado conservador, aborda problemáticas sociales, a pesar de que su trabajo sería difundir el buen humor de forma “apolítica”.

Incluso Udo Jürgens está lejos de ser considerado extremista o radical. De hecho, los puntos tematizados en la canción sobre la amenaza y el rearme nuclear (“Die schöne Lüge vom Goodwill / Das hübsche Spiel vom Overkill”) y el medioambiente (“Die Erde ist bald ausgeraubt / Das Wasser tot, das Land entlaubt”) se vuelven aspectos que también iban a desempeñar un papel clave en el programa del partido de los emergentes Verdes (Die Grünen) más o menos en la misma época. Clasificar la alianza entre la política verde y la escena pop (en el sentido general) como particular probablemente no sea exagerado.

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