Tonspuren 2020: Christin Nichols – “Bodycount”   Una nueva estructura de poder de los roles de género

Tonspuren 2020er Illustration: © Hanka Sedláček

La canción de Christin Nichols “Bodycount” (2024) debería verse como un atisbo de lo que los años veinte podrían representar algún día. Buena y glamurosa música pop de vanguardia con aspiraciones progresistas y emancipadoras.

Tonspuren - Huellas de Sonido

El periodista musical Mario Lasar, arroja, con ocho canciones de habla alemana de ocho décadas, algunas luces sobre fenómenos culturales y sociales importantes de la historia de la posguerra (alemana).

La mayoría de las canciones y artistas mencionadas en esta serie, se pueden escuchar(en el orden en que se mencionan) en una lista de reproducción de Spotify:
open.spotify.com/playlist/soundtracksBRD/

Aunque el término “bodycount” solía referirse al número de muertes en el bando contrario, hoy en día también se utiliza para el número de parejas sexuales de una persona. Existe un doble estándar para mujeres y hombres. Mientras que un número elevado se considera positivo en el caso de los hombres, ocurre lo contrario con las mujeres.

Christin Nichols reacciona a este doble estándar anticuado con una gran rabia, que formula con un alto grado de elocuencia. Una pluralidad de posturas y voces se mezclan de una manera deslumbrante que describe adecuadamente la mezcla discursiva sobre el tema. La letra se caracteriza por el cambio de códigos (entre inglés y alemán), lo que refuerza el carácter híbrido de la cantante, que se presenta como no identitaria en este sentido.

La relación de Christin Nichols con las afirmaciones que transmiten las letras queda a veces en el limbo. Recoge citas y las introduce en nuevos contextos. Al parecer, tampoco se condena explícitamente el principio del Bodycount en sí; se trata más bien de la visión machista del mismo.

No obstante, de esta heterogénea diversidad de voces emergen ciertos mensajes claros, que llegan al corazón del programa emancipador de Nichols. En primer lugar, están las dos líneas “Ich möchte leben, als ob die AfD was dagegen hätte” (“Quiero vivir como si la AfD tuviera algo en contra”) y “Ich gender dich bis du weinst” (“Usaré lenguaje inclusivo contigo hasta que llores”), ambas recomendadas como palabras aladas para el presente y el futuro. Esta última línea, en particular, adapta patrones masculinos de discriminación lingüística y los recontextualiza bajo presagios feministas.

En general, la canción demuestra un fascinante sentido de la relación de poder del lenguaje, exponiendo la práctica de la exclusión y el menosprecio mediante términos específicos: “Und wenn wir Frauen entmachen wollen, nennen wir sie Huren” (“y cuando queremos restar poder a las mujeres, las llamamos putas”), que los hombres utilizan para crear jerarquías claras. Christin Nichols se enfrenta a esta práctica cara a cara y exige su contribución en lugar de pedirla sumisamente. Al participar en el discurso, Nichols se otorga a sí misma el mandato de replantear la estructura de poder de los roles de género. Y lo hace de una forma bastante genial y con el telón de fondo de una estética sonora sutilmente poderosa que suena contemporánea sin recurrir a la mera invocación de patrones existentes.

Christin Nichols hace música pop bajos las condiciones de la pista de baile que reconoce la importancia de una buena melodía. Es música para los tiempos que corren, glamurosa, reflexiva, inteligente y segura de sí misma.
 

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